Inflación: la (desagradable) verdad sobre el gigantesco robo silencioso al bolsillo que sufren millones de argentinos
Amigo, ¿notás que tu salario cada vez alcanza para menos? ¿Que tus ahorros valen cada vez menos? Bienvenido al maravilloso mundo de la inflación, esa trampa monetaria silenciosa con la que el gobierno nos roba el poder adquisitivo.
Hoy vamos a descubrir la cruda realidad detrás de este impuesto invisible que se come tu dinero. Después de leer esto vas a entender claramente por qué tu bolsillo está cada vez más flaco.
¿Qué es la inflación?
La inflación no es más que la pérdida del valor del dinero con el paso del tiempo. Es decir, cuanto más inflación, menos pueden comprar tus pesos. Tus billetes rinden menos que antes.
Esto se ve claramente en el supermercado. El año pasado con $1000 comprabas tu changüí de la semana. Hoy necesitás $1500 para llenar el mismo changuito con los mismos productos. Eso es inflación: tu dinero vale menos.
¿Cuál es la verdadera causa?
El gobierno te quiere hacer creer que los empresarios “aumentan los precios”. Que los monopolios y oligopolios son los culpables. ¡Mentira!
La verdadera y única causa de fondo de la inflación es la emisión monetaria descontrolada. Es decir, la maquinita de imprimir billetes que no para de fabricar papelitos sin respaldo.
Entre 2011 y 2014 la cantidad de billetes en circulación se multiplicó por 10. Pasó de 100 millones a 1000 millones de billetes. ¡Una locura! Eso hace que tus billetes valgan cada vez menos.
Efectos nefastos de la inflación
Los efectos de la inflación son 100% negativos tanto para individuos como para la economía en general. Veamos algunos:
Menor poder adquisitivo
Es el efecto más claro. Tus ingresos rinden menos. Tu salario alcanza para comprar menos cosas. Tus ahorros valen menos con el tiempo.
Pauvreza
Los más perjudicados son aquellos con ingresos fijos como jubilados y empleados. La inflación los empobrece día a día.
Desaliento al ahorro
Como los ahorros pierden valor, la gente prefiere gastarlos en lugar de guardarlos. Esto desestimula el ahorro.
Caída de inversiones
Si se ahorra menos, automáticamente se invierte menos en maquinaria, tecnología, infraestructura. El crecimiento se estanca.
Recesión
El combo de menos ahorro e inversión deriva en recesión, estancamiento económico y más pobreza. Un círculo vicioso del que es difícil salir.
Como ves, no hay nada bueno en la inflación. Tus bolsillos y la economía salen perdiendo por este impuesto invisible.
Cómo protegerte de la inflación
Existen algunas formas de proteger tus ahorros de la trampa monetaria. Las principales son:
Dólar
Históricamente, el dólar se ha revalorizado por encima de la inflación. Comprar dólares te protege.
Plazos fijos UVA
Están indexados por inflación. Mantienen el poder adquisitivo de tus ahorros.
Fondos comunes
Los fondos invierten en activos reales que crecen con la inflación. Mejor que dejar la plata en el banco.
Propiedades
Los ladrillos se revalorizan. Comprar una propiedad es una cobertura. Alquilarla también genera ingresos indexados.
Acciones
Las acciones de empresas sólidas suelen incrementar su cotización por encima de la inflación.
En definitiva, no dejes tus ahorros quietos. Mové tu dinero hacia alguno de estos vehículos para no seguir perdiendo poder adquisitivo mes a mes.
Cómo terminar con la inflación
Para terminar con este mal endémico, se requiere voluntad política. Un gobierno decidido a atacar la raíz del problema, que es el déficit fiscal y la emisión descontrolada.
Algunas medidas imprescindibles son:
- Eliminar el financiamiento al Tesoro por parte del Banco Central. Que el gobierno no pueda pedirle que imprima billetes.
- Equilibrar el déficit fiscal achicando el gasto público improductivo.
- Liberar el tipo de cambio para que encuentre su valor de equilibrio real.
- Eliminar controles de precios que generan más distorsiones.
- Generar confianza para atraer inversiones productivas.
Hasta que no haya voluntad política para hacer lo correcto, el robo silencioso de la inflación seguirá deteriorando mes a mes tu poder de compra.
Protegete como puedas y hacé que tu dinero trabaje para vos. Y cuando votes, elegí a quien esté decidido a atacar este problema de raíz de una buena vez. Tus bolsillos te lo van a agradecer.
